La salida fue muy rápida y yo me quedé demasiado atrás. El camino se estrechaba y adelantar era imposible por lo que se formaban pequeños trenes con sus correspondientes vagones.
Los paisajes eran preciosos. Los pequeños momentos que la carrera y el excesivo barro permitian, daban más motivos para disfrutar del momento.
Mi carrera fue de menos a más. Encontrándome a medida que pasaban los kms mejor y más energético. Puedo decir y he comprobado en más de una ocasión que la noche importante para descansar no es la anterior, si no dos antes.
Se bajaba cerca del mar, no tanto como en la Kosta Trail que corrí el año pasado pero si toqué sal. Estas carreras con sube y baja a modo de tobogán me van estupendamente.
A pesar que en alguna subida tuve que andar fueron solo escasos metros. Todo lo demás a trote o al galope. El barro estaba omnipresente y dificultaba la carrera pero la hacía más divertida.
El final de la carrera fue extasiante. A pesar del cansancio propio de la carrera y la acumulación de kms sentia que mis piernas pedían más. Subia y bajaba con proyectos de calambres y alguna que otra caida pero con energía.
Disfruté mucho de esta carrera en un marco incomparable. Llegué dolorido pero en dos días estaba prácticamente recuperado. Estas carreras al lado de la costa se disfrutan mucho. Os las recomiendo a todos los que pensais en iniciaros en correr al amparo de la natura.
Como siempre un magnífico trabajo y una buena carrera con espectaculares vistas.
ResponderEliminarSaludos de Lanchero.