Primero cual y donde:
Hermana pequeña de la archiconocida carrera de montaña Alto Sil, esta carrera vertical se celebró un día antes. Esta destrozapiernas o mejor dicho, destroza organismos parte de Salentinos, pueblo donde muere la carretera, perteneciente al municipio de Páramo del Sil en la comarca del Bierzo, la cual me dejará buenos recuerdos.
Este tipo de carreras como ya dije horas después de sufrir sus embestidas no son lo mío. Nada de cadenas para los pies que había preparado con gran ilusión días antes. Las cadenas te hunden a lo más profundo de este infierno blanco y frío. Cada zancada es un mensaje de las montañas. Te dicen, pero a donde vas salao? Da igual que hayas estado subiendo el torreón de bomberos. Ese torreón que te parece tan alto no llega a los 40 metros y YO, yo soy otra cosa, soy casi 800 metros de desnivel positivo. Así me lo soltó, como quien le dice al panadero, cuanto es?. El caso es que la montaña y mis piernas tuvieron un rifi rafe desde la salida. Discutieron y llegaron a las manos, así es, las manos se hicieron indispensables para seguir ascendiendo por una ladera cubierta del manto blanco que cuentan en las películas. Pero este manto era un edredón nórdico de plumón que te tragaba a cada zancada como si caminaras por las nubes. La diferencia es que cuando caminas por las nubes suele ser en sueños. Y esto no era un sueño, era una pesadilla. Después de llegar a las manos, fue cuando el corazón pidió clemencia, y no se la concedían. Es como si mi insensatez hubieran provocado la rabia de esos desniveles que ni en ascensor se podía y no me daban tregua.
Buscando ciertos paralelismos con la semana santa que ahora nos acompaña, este rosario de la aurora y penitencia aceptada y consentida nos iba acercando a lo más divino, a lo más alto de nuestro aguante físico. Como bien dijo un corredor, no se trata de una carrera, es una AGONÍA. No lo pudo expresar mejor. Debía saberlo, esto es ni más ni menos que física. Un peso pesado requiere de mucha energía para hacerlo subir. La gravedad, la masa,..explicaciones de la época del colegio de la que no eres consciente hasta que haces valoración de la acontecido. Una tanqueta cuesta arriba tiene tirón pero cada vez va a menos y los últimos metros fueron devastadores. Fue más un colapso generalizado que una petada de piernas. El corazón que me prohibía ir mejor fue el mismo elemento que me llevó a la cumbre. Porque fue esa garra, ese continuo afán de llegar, de conseguir, de no cesar ante las adversidades lo que tiró para arriba. Porque ante todo uno ya empieza a ser consciente del estado de forma y de las limitaciones que tienes en cada momento. Sabes eso, la diferencia respecto a otra opción es, seguir.
Ya bajando, volví a sentirme tanqueta, pero tanqueta que baja con todo el armamento listo para la siguiente batalla. Ya sólo hubo que rellenar fuel para la próxima que será en Liencres, Cantabria el 7 de Abril. FUEGO!!
El día 3 de Marzo, tras unos fríos días invernales, amaneció con un sol que bañaba con sus rayos la A6 que nos conducía a Balboa. Pueblo conocido por sus pallozas.
Para quien no sepa que son, las pallozas son unas construcciones tradicionales típicas del Noroeste español, de planta circular/ oval de unos 20 metros de diámetro con paredes bajas y tejado en forma cónica y vegetal. De origen posiblemente celta se asemejan a las del archiconocido pueblo galo de Asterix y Obelix.
El pueblo también es conocido por La Casa de las gentes. Se trata de un espacio expositivo creado por Domingo de Canteixeira donde hay una muestra de él mismo, de preciosas tallas de madera.
Una breve parada en Ponferrada antes de llegar para recoger a mi compañero Guess y sin demora enfilar dirección la Coruña para en la salida 419, llegar a este precioso lugar.
Recogida de dorsales sobre las 10:30 en un bar y breve calentamiento en compañía de una mastina muy cariñosa que posteriormente me seguiría en la carrera durante no menos de 3 kilómetros de duras cuestas.
Y AL TEMA!!!, Todos en la línea de salida, presión 0. Salida controlada con el safety car a modo de organizador de la prueba. A 200 metros empieza el festival con un rampón. Las piernas están frías. Un ritmo alto y me quedaría ahí petado. Pero todo el mundo sale calmado. Las prisas vendrán después. Para mí estos comienzos son gloria. Mientras la maquinaria se engrana, los pistones se llenan de gasolina me tropiezo un par de veces con la mastina a la que golpeo con el talón. Vamos todos en manada y ella se lleva la peor parte. Sabe que la pido perdón, me disculpa y vuelvo a pensar que correr con un animal te acerca a tu lado más primigenio.
Continúo al ritmo que lleva el grupo de cabeza, no me quiero quedar rezagado, voy bien pero no adelanto a nadie. Iré el 10º pero queda mucha carrera. Senda boscosa. Corremos en fila como un tren con sus vagones. Las locomotoras aprietan y dejan a los vagones arrastrarse por inercia pero perdiendo su estela. El pelotón se estira y ya no me preocupo por nadie más. Me siento solo, ya soy el único animal que va en el pelotón. La perra se ha quedado y comienzo a disfrutar en el sendero con mil opciones de pisada, con zarzas que se clavan en mis desnudas patas salpicándolas de sangre y haciéndome sentir más vivo.
Tras una rampa llegamos al primer avituallamiento. Pienso que todos pararán, pero soy el único pringado que quiere refrescarse. Voy bastante bien, pero los metros que pierdo aquí me costará recuperarlos demasiado para lo que ha sido realmente el premio. Enlazo tras un esfuerzo de casi 4 minutos. Ya empiezo a creérmelo y junto a otro corredor y compañero del mundo de las llamas, empiezo a alargar zancada..
Se acercan curvas y bajadas. Me abrocho el cinturón y aprieto los dientes. Un ligero flato me molesta pero las patonas van bien. En las bajadas me como literalmente a varios andarines que se apartan metiéndose en la trazada a tumba abierta. Vamos 4º y 5º respectivamente según muchos que van andando. Me vengo arriba aunque sea bajando, como las burbujas del champagne y voy quedándome solo cuesta abajo.
Y aquí llego al famoso y controvertido cruce de caminos. Es un punto desde donde dos senderos bien diferenciados parten. Me fijo, debería haber una marca, y cierto, la hay. En el suelo un cartel indica corredores a la izquierda, andarines a la derecha. Se ve mal, es verdad.
La pista es en subida y finalmente será algo más de 1 km. Le calculo quizá 5 minutos para volver al punto donde seguirían los que se lo comieron. Voy como un tiro y veo un corredor. Pienso que es el tercero y voy a por el. Lo paso, le doy ánimos y veo a lo lejos a otro. El 2º? Puedo?...Lo paso a 500 metros de la llegada. Puede ser que haya quedado 2º? Me acerco a la meta con una gran alegría.2º? Cuando llego y veo a muchos de los corredores que dejé atrás en el kilómetro 8 me quedo absorto. Han atajado sin saberlo un 90% de ellos
La organización no se quiere liar y darán el premio en orden de llegada. Habría sido 9 en ese caso. Lo comentamos entre todos y mis compañeros afirman mi puesto. En definitiva parece que habría sido 3º!! aunque el 1º y 2º se hayan pasado también el cruce.
Llega la entrega de preseas. Los dos primeros rechazan el premio aunque finalmente lo recogen. A mi me conceden el 3º puesto y al recoger el premio confirmo a viva voz que a pesar de su recorte no les habría cogido. Pero ya bajando del podio descubro que el que iba 3º si había hecho el tramo completo. Por lo tanto le ofrezco mi medalla. Si los dos primeros aceptan el premio, él sería el 3º. En caso contrario, él habría sido el primero y yo el segundo. Desde aquí le mando un saludo a Celso. Tu eres el ganador. En cualquier otro tipo de carrera los dos primeros estarían descalificados a pesar de ser los 2 mejores en la realidad y a pesar de la buena Fe. Yo debería haber sido 4º, nunca 3º. Pero lo que está claro es que hice mi mejor carrera de montaña hasta la fecha, además, a lo que vine fue a DISFRUTAR!!!!!
Buscando ciertos paralelismos con la semana santa que ahora nos acompaña, este rosario de la aurora y penitencia aceptada y consentida nos iba acercando a lo más divino, a lo más alto de nuestro aguante físico. Como bien dijo un corredor, no se trata de una carrera, es una AGONÍA. No lo pudo expresar mejor. Debía saberlo, esto es ni más ni menos que física. Un peso pesado requiere de mucha energía para hacerlo subir. La gravedad, la masa,..explicaciones de la época del colegio de la que no eres consciente hasta que haces valoración de la acontecido. Una tanqueta cuesta arriba tiene tirón pero cada vez va a menos y los últimos metros fueron devastadores. Fue más un colapso generalizado que una petada de piernas. El corazón que me prohibía ir mejor fue el mismo elemento que me llevó a la cumbre. Porque fue esa garra, ese continuo afán de llegar, de conseguir, de no cesar ante las adversidades lo que tiró para arriba. Porque ante todo uno ya empieza a ser consciente del estado de forma y de las limitaciones que tienes en cada momento. Sabes eso, la diferencia respecto a otra opción es, seguir.
