NO SOMOS ETERNOS...

sábado, 12 de abril de 2014

6 COHETES para 6 MINEROS (Biosfera Trail)

(La música del video acompañará el texto)

El día 28 de Octubre perdían la vida 6 bravos hombres que trabajaban metidos en las entrañas de la tierra en el Pozo Emilio del Valle. Uno de Asturias de la localidad de Pola de Lena, otros 5 leoneses; Peredilla, Bembibre, Fontanos, Robles del Fenar y Ciñera. Y fue en Ciñera donde se celebró la segunda edición de esta carrera que nada tiene que envidiar a las grandes citas. Este último minero colaborador de la primera edición estaba junto con los otros 5 en mi cabeza antes de salir. Ya empiezo a ser veterano y los nervios de la prueba no pueden con otros sentimientos escuchando Santa Barbara Bendita seguida de 6 cohetes. Esta prueba es para ellos.

La prueba:
Una organización excelente en todo momento, con un pueblo volcado en la cita. La salida fue rápida como de costumbre. Parece que no importa que sean 5 kilómetros que 100. Todos quieren colocarse bien. Los buenos a por todas, los que quieren ser mejores detrás y los que van a disfrutar cerrando el pelotón.
Yo salí tranquilo, no había calentado mucho y no me viene bien un sprint de salida. Comencé la primera subida a la Peña Colorada con gemelos cargados que me hacía temer problemas al final de la carrera que finalmente no tuve. Cumbre sin forzar demasiado y la bajada donde iba volando. Transición y a subir el Cueto San Mateo.

Fui gestionando muy bien el agua con los avituallamientos y el tema pajarraca con un par de geles. Si el dia antes había estado pensando en llevar riñonera e incluso bastones, decidí salir a pelo y me salió bien la jugada. Otra duda eran los neumáticos. Mucho barro y por otro lado rocas y terreno técnico resbaladizo. Llevé las Speed Cross que agarran como las zarpas pero si pillan piedra son más inestables que yo dentro de una pastelería.
Algunos de mis "competi-amigos" venían detrás pisándome los talones. Aunque queda siempre muy politicamente correcto decir que compites contra ti solo, dentro de cada carrera se disputan puestos que en la general pasan inadvertidos. Son pequeñas batallas con una sana rivalidad por lo menos desde mi parte, que ayudan a dar más de lo que llevas en los bolsillos. Desde aquí mando un saludo a todos ellos. Y poco a poco, siempre dejando algo de piernas empecé a descender la peligrosa bajada para dar caza a un zorro veloz como el viento pero que se mueve mejor por superficies lisas. Carlos Villa había hecho una primera parte de la carrera magnífica pero la montaña tiene muchas caras. De todas formas tienes que estar orgulloso por haberte atrevido. Chapeau.
Tras pasar la galería minera a oscuras guiandome del olfato llegué a Santa Lucía. Habia relajado el ritmo pero quería tener fuerza para lo que quedaba que aún era mucho. Subida tendida y bajada por un tobogán de urces y escobas para encaminar el Faedo y subida dura dura bajo un griterío ensordecedor de las tres ninfas del bosque. Carolina, Camino y MJ. Muchas muchas gracias por el apoyo.


La subida es de las más duras ya que vienes cascado y se hace larga. Arriba me preguntan si escucho ACDC...si supieran que escuchaba por los cascos....Algo más suave que los guantes que llevaba. Pero eso para otro día. Confusión en la bajada con otro corredor y en vez de bajar por el sendero, pues por la canal a esgaya. Vaya locura pero subir otra vez a estas alturas no. Cruzamos el río con castañazo de recuerdo que aún conservo en la rodilla. Y por el cañón del Faedo llego al último avituallamiento donde me como 2 gominolas y a acabar el cresterío que como muy bien explicaba Pablo Villa no sube ni baja. Engaña y se hace poco corrible. Veo el pueblo. No he ido por encima del límite y me permite acabar como una flecha...


Y el video de la llegada que lo dice todo:


Darles mi enhorabueba tanto a Pablo Villa como a Estelita Santín por la victoría. Dos fenómenos!
Aquí os dejo el enlace de unas cuantas fotos de la carrera con diferentes corredores de la penúltima subida para descargar:
https://www.dropbox.com/home/Photos/Sample%20Album/BIOSFERA


miércoles, 2 de abril de 2014

Alto Sil 2014

Lo que tiene dejar para luego es que olvidas y malinterpretas sentimientos que se van diluyendo en el tiempo. Unas semanas post carrera sin horas de silla me dejan sin ideas y sin muchas ganas de revivir una carrera que me ha gustado; en resumidas cuentas, a pesar de haberla liado como Amancio. Repetiría pero también debo decir algo que me pueda granjear malos juicios. La locura de las inscripciones hacen que tus expectativas vayan a un punto que no existe, ya que lo que hace grande a cada carrera eres tu mismo, como la vivas al margen claro está de la entidad que tenga por las estrellas que participen. (Ganador de la carrera Zaid Ait, Merillas y Raul Camara y en chicas Ana Conde, Leire Fernandez y Maria Marcos).Yo lo pasé muy bien eso si. El Bierzo, la zona y la gente ya le dan muchos puntos de partida.

El corazón de la carrera es Santa Cruz del Sil, de donde se partió a la fresca. El día ya daba a entender que haría bueno pero eso me llevó a la mala elección de portar solo una camiseta, proporcionándome un malestar en la zona duodenal que vino conmigo 32 kms, vamos, muy majo él.
La noche anterior la había hecho de libro, cenar lo que me salió de la muda y unos vasos de vino que me dieron el punch que necesitaba para descansar.

9:00AM: SALIDA y para arriba. Con escaso calentamiento, pero al tema. La cuestión en esta carrera primera del año era ir haciendo callo. Cogi de referencia a un compi, Sergio, que acudirá conmigo a Zegama y que ya sabia de que iba el tema. Incluso me di el gustazo de ir con la pequeña gran Leire un rato.
Bajada bruta para ir espabilando, donde ya vi que la cirujia a mis uñas de los dedos gordos es cosa casi insalvable.
La cuestión del día es quejarse de todo. Pero a pesar del cortafuegos que había a continuación a mi no me sentó mal. Sin más. Para arriba y a correr por cumbres nevadas a lo lejos, a correr contigo mismo, a respirar más profundamente y a caer en la mezcla de ensoñación y anhelo por lo que aún queda.
Y entre zarzas que me desollaron la pierna izquierda y focalizando en Sergio mi hipotético ritmo de carrera, llegamos a Páramo del Sil entre un griterío de gente adornado por cencerros y demás materiales del tipo. Esas cuestas que las subes como dedicatoria a ese otra gente que da otro punto de vista a las carreras, lleno de amigos, familiares o anónimos que saben que tu te has atrevido a hacer esta tontada o que has tenido suerte para pillar dorsal. Para los que no lo sepan, agotadas en 7 minutos.
Y más o menos aquí llego el error aunque lo pagaria más adelante. Parada de avituallamiento, bebo por inercia y sin ganas voy a por el plátano, soy asi de depravado. Verde como el mismisimo Marianico el Corto, lo escupo y paso de comer. Para que coño!. Ya vendrá Paquito Pajarero con las rebajas a decirme para que...
Y hala, leña. Para arriba de la Campona. Sin más, la nieve blanda te hunde sin avisar en algunas pisadas. Coronamos Sergio y yo juntos. Tiene algún calambre pero seguimos para alante atrevasando un camino flanqueado por paredes de nieve apiladas por la máquina. Y hala, para abajo, mis uñas, la sombra de un abejorro y yo hacia el pueblo abandonado de Primout. Doblo los pulgares a modo de aguilucho. Que putada no disfrutar bajando como suelo hacer. Sergio se queda perdido atrás. Ya me lo volveré a encontrar paseando mi pajarita en los alrededores de Santa Cruz.
De Primout en adelante se corre prácticamente por un camino conquistado por un riachuelo. El frescor se agradece en los primeros kilómetros pero más tarde te atenaza un poco la musculatura. Y esta zona sin lugar a dudas fue la que más me gustó. Metido en el bosque es donde el jabalí disfruta y se encuentra bien. Penúltimo control de tiempo, la última oportunidad de haber evitado la pájara. Pasamos el río con ayuda de cuerda los que ya van justines como yo. Muy pocos kilómetros de entrenamiento para haberme aventurado en algo asi. Pero a cabeza dura soy de los mejores.
Y para arriba el Pico Negro donde vi todo del mismo color. Llegué mal, no hacía falta que me preguntaran otros corredores si me encontraba bien o si me mareaba. Debía dar una imagen más lamentable que de costumbre.
Llegada a cumbre y la cuesta abajo no podía ni correrla. Estaba vacío. Andar y andar con el único propósito de que se acabara ya de una vez. Deseaba ver la meta en vez de otro avituallamiento, que me mató. Si aún había otro es que quedaba. Me paré y barajé la idea de retirada, pero a falta de unos pocos kilómetros abandonar tras el largo exfuerzo me parecía un fracaso estrepitoso a nivel moral. Gota a gota me iban pasando decenas de corredores con sonrisas de felicidad por la cercanía a la llegada dejándose llevar de la inclinación favorable del camino. No pude disfrutar del espléndido ambiente que había en Santa Cruz. Llegué a modo culebra, y terminé de arrastrarme hasta la meta para tardar más de una hora en estar decente para la ocasión. Una paella con mala cara no es paella.