NO SOMOS ETERNOS...

martes, 13 de agosto de 2013

MOUNTAIN RUNNING ("WORLD POLICE & FIRE GAMES, BELFAST 2013")

Siempre hay acontecimientos que marcan etapas. Creo que puedo decir que estas olimpiadas lo han hecho y han recompensado los miles de kilómetros que han soportado mis piernas y los miles de chapas que han sufrido los que me conocen y sin jugar a baloncesto. Quiero hacer a todos participes de esta aventura ya que de una manera u otra se ha construido junto a ellos.
El momento que resume todo, sin entrar en valoraciones nacionales, es este:


(Banda Sonora para el texto ;)

La preparación había sido dura, especialmente en carreras de montaña y en la adaptación al zumo de cebada. A pesar de disponer de la información pertinente nunca pensé que sería así. Todo lo que había preparado eran carreras de montaña entorno a 23 kilómetros de media. Sube y bajas. Una semana antes había coronado el Fontañán en un afán de adelantar acontecimientos. El tiempo de carrera y el perfil parecía similar. Me encontraba francamente bien. Incluso antes de salir para Irlanda consideré meter el Cueto San Mateo más duro en cuanto pendiente. El gran Villacorta que siempre me da sabios consejos en estas situaciones, me quitó la idea de la cabeza y lo cambié por un rodaje en su compañía con ritmos altos. Acertó. El dia de la carrera estaba pletórico. La hidratación a base de Guinness los días previos habia sido perfecta. Y realmente fueron los montes los que no me dejaron dar todo lo que tenía en los bolsillos. El perfil de la carrera no estaba cambiado. Era yo el que había leido mal los datos. Lo que no esperaba eran esas pendientes que destrozaban los cuadriceps haciendo de ellos harina. Terminó la carrera y tenia la misma sensación que puede tener un pura sangre encerrado en las cuadras de Kentucky durante el famoso Derby. Me quedó mucho por decir, pero al mismo tiempo no pude contestarle ni una sola palabra a ese recorrido salvaje.

PREVIA:
 Los nervios me invadian. Nada nuevo realmente. Aunque esta prueba quizá fuera una de las más importantes, son muchas ya y empiezo a gestionarlo medianamente bien. Esta vez sin prisas, llegué con tiempo, tomé el café "liberador" y me senté junto a MJ a escuchar ciertos fragmentos de películas que me relajan y me trasmiten mucha serenidad y energía. Sabía de lo que era capaz. Calenté y escuché atentamente las instrucciones del organizador aunque no le entendía casi "nothing". Finalmente fueron más permisivos pero siguieron obligando a llevar: Brújula, cortavientos, mallas largas, mapa y gorro. Digamos que se querían curar en salud pero francamente era innecesario. Lo que consiguieron fue entre otras cosas alarmar a corredores que no habían leido detenidamente las instrucciones de la carrera y dar un sobresueldo a un negocio local que vendía brújulas a escasos 200 metros.

Minutos antes de la carrera empiezas a juzgar a tus oponentes, los valoras por sus pantorrillas, su ropa, su disposición. Todo es fachada pero necesitas juzgarles. Las pruebas de correr son luchas contra uno mismo, pero no deja de ser una batalla y tu cerebro lo administra de igual manera. Viendo cualquier debilidad del contrario. Y entre respiraciones profundas, sudores fríos, perfumes antiinflamatorios, y el control mochilero de acceso a la salida se llegó a las 14 horas del dia X. Recuerdo que lo último que pensé antes del disparo fue; "estoy aqui porque me gusta hacer esto y tengo, debo, disfrutar de ello"


SALIDA Y ASCENSIÓN:
Y en esas salí, y en esas se ve mi cara y mi cuerpo que hace el esfuerzo de creerse lo que me decía a mi yo interior y que creo que plasmó perfectamente esta foto:
Estaba concentrado, y sin hacer alardes de grandeza me coloqué entre los 10 primeros desde el inicio. Posiciones que se verían poco variadas en toda la carrera. Entrada en un bosque y cuesta arriba. Cosa que no cambiaría en 50 minutos. No me lo creía. Subía y subía. Solo pensaba en correr pero no se podía. El desnivel era brutal. Estaba metido en una carrera vertical sin haberme dado cuenta. Me la estaban dando con cheese. Ni carrera de montaña ni nada. Carrera de LA MONTAÑA. Concretamente la montaña más alta de Irlanda del Norte. El pico era lejano, mucho, parecía que llegaría después del bocadillo de chorizo que te comes en las rutas del Comando Senderista con los compañeros. Ese bocata que hace de meridiano y reponedor de fuerzas. Aqui ni bocata ni nada. Y solo pensaba en llegar a la cumbre para enseñarles a estos locos irlandeses como baja un jabato. Y entre esos pensamientos pasó casi una hora. una completa hora sin parar de ascender con el mar de testigo a mi espalda. No habia sendero claro y llegó un momento que cada cual elegía una ruta para salvar la pared final. Así llegué arriba, con la claridad del mar, la oscuridad de mi mente y un viento que se ponía rebelde, recordándome que no me podía dormir. La organización fantástica. Todo en orden, incluso tiendas de campaña en la cima por si el tema se ponía feo para alguien. La baliza también estaba ahí, un control absoluto de referencias y de parciales. Metido en el dedo a modo de anillo, ese sistema le daba un carácter más legal y riguroso aun si cabe a la carrera.

1ª CUMBRE y MINI DESCENSO:
Cambié la cara, veía la cabeza de carrera. Me dije, sus vais a enterar ahora..... y ...a bajar!. Y en menos de 30" me estaba tragando todo ese orgullo de bajador. Ni en ascensor. Unas piedras destinadas para empalar a cualquier corredor osado y una pendiente que me hacía tener pavor, añadido a unas piernas a punto de explotar hicieron que la bajada de solo 500 metros se convirtiera en algo peor que una ascensión. Nunca pensé que pediría acabar de bajar. Pensaba todo esto mientras me adelantaba un corredor en pantalón corto con la frente más clara que yo y camiseta amarilla...y todo esto ocurria en mi terreno, bajando. Si una palabra pudo resumir mi sentir sería, "mierda".

2ª ASCENSIÓN y CUMBRE:
Entre aliviado y enfadado empecé la segunda subida que culminaría entorno a la hora de carrera. Llevaba prácticamente 1 hora y pico subiendo. Si tuviera que proponer un perfil contrario a mis cualidades sería este. Veía que me quedaba sin carrera para dar lo que tenía. Si llevaba una hora subiendo y la carrera eran 11 kms, que quedaba?


DESCENSO Y META:
Pues eso, una bajada brutal en picado al origen de la prueba. Atravesando setos, urces, matojos, hoyos. El sendero era inexistente al igual que la fuerza en mis muslacos. La subida había acabado con mi musculatura. Manteniendo la posición desde el inicio de la carrera me lancé en persecución de los corredores que me precedían pero otra vez el monte y el recorrido me hicieron aflojar el pistón. Unos pocos delante y veía que otro sueño se escapaba en mis narices. Finalmente se llegaba al último tramo, un circuito de descenso de Mountain Bike. Que ese fuera el único lugar que permitiera la carrera es muy significativo del terreno anterior.
Los últimos metros fueron duros porque no sabía quien tenía delante de mi y si era de mi categoría. Apreté los dientes porque desconocía el puesto real. 

Llegué con cierta desesperación, con esa sensación de haberme quedado con las ganas hasta que pasado un rato me comunicaron la gran noticia.
No podía creerlo. Lo había conseguido. Habían sido muchos litros de agua, muchas camisetas empapadas, muchas piedras partidas, uñas caídas, y horas de monte. Quizá no fuera la carrera más bonita, o los competidores mejores del mundo. Pero lo que significa esta medalla son muchas otras cosas que no me dejarán olvidar este momento, el símbolo de tener algo que da sentido a un estilo de vida, el símbolo de muchas cosas que forman parte de lo que de verdad importa en ella,  los sueños.

(En un par de días pondré la entrada de la TCA, que es muy interesante, con las 8 pruebas)